La Promesa Circular

En qué anda la Economía Circular en el cono Sur

El siguiente es un artículo parte de una serie que busca difundir los conceptos básicos de la EC, el estado actual en nuestra región y posibles avances. Está escrito con ayuda de IA, en el marco de las acciones de A.C. Humanidad Colaborativa y el programa HILANDA

El ritmo de la moda actual nos pone en un punto de inflexión. Cada año, millones de toneladas de prendas terminan en basurales, generando una huella ambiental y social inaceptable.

Sin embargo, en medio de este desafío, aparece una solución poderosa y esperanzadora: la circularidad textil. Pero, ¿qué significa “circular” para la industria de nuestra región, y cómo podemos pasar del concepto a la realidad en América Latina?

En esencia, la circularidad textil propone un modelo donde la ropa no se descarta, sino que se diseña para ser reutilizada, reparada y reciclada, manteniendo sus materiales en el circuito productivo el mayor tiempo posible. Es un cambio radical de la tradicional economía lineal (”extraer, producir, usar, tirar”) a una regenerativa. En países como Argentina, Chile, Uruguay y Brasil, donde la pasión por el consumo convive con una creciente conciencia ambiental, esta transición no es solo deseable, sino urgente.

black and white plastic bags on brown sand during daytime
Photo by Ravit Bennier Cohen on Unsplash

Desafíos en el Camino hacia la Circularidad

Implementar la circularidad a gran escala en nuestra región presenta desafíos únicos. Uno de los principales es la infraestructura. A diferencia de Europa, donde existen sistemas de recolección y clasificación más desarrollados, en América Latina todavía estamos construyendo los cimientos. La recolección selectiva de textiles post-consumo es limitada, y las plantas de reciclaje mecánico o químico son escasas y, a menudo, no están adaptadas a la complejidad de las fibras mezcladas actuales.

Otro factor crucial es la logística inversa. ¿Cómo recuperamos de manera eficiente y segura las prendas de los consumidores, especialmente en territorios enormes y en nuestras grandes y caóticas ciudades? Esto requiere una articulación estrecha entre marcas, gobiernos, organizaciones civiles y, por supuesto, los propios ciudadanos.

Finalmente, la educación y la sensibilización juegan un rol determinante. Tanto para los productores como para los consumidores, es fundamental comprender el valor de cada prenda y el impacto de nuestras decisiones de compra. Fomentar la reparación, el upcycling y la compra de segunda mano no es solo una tendencia; es una necesidad cultural.

Oportunidades que Transforman

A pesar de estos retos, las oportunidades para la circularidad textil en América Latina son inmensas. La creatividad y el ingenio de nuestros diseñadores y artesanos son un motor natural para el upcycling y la creación de valor a partir de residuos. Numerosas marcas emergentes ya están liderando con el ejemplo, transformando materiales descartados en nuevas colecciones únicas.

Por ejemplo, en Santiago, una joven emprendedora convierte retazos de denim en bolsos de diseño, mientras que en Buenos Aires, una cooperativa utiliza sábanas de hoteles en desuso para confeccionar indumentaria infantil.

Los modelos de negocio circulares también están ganando terreno. El alquiler de ropa, el recommerce (reventa de prendas usadas) y los servicios de reparación están comenzando a florecer, ofreciendo alternativas atractivas al consumo desmedido. Estas iniciativas no solo reducen el impacto ambiental, sino que también generan nuevas fuentes de empleo y empoderamiento económico local.

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Photo by mana5280 on Unsplash

Además, hay un creciente interés por parte de los gobiernos y la sociedad civil en impulsar políticas públicas que favorezcan la circularidad. La implementación de leyes de Responsabilidad Extendida del Productor (REP) para el sector textil, el fomento de la eco-innovación y la inversión en tecnologías de reciclaje son pasos esenciales que ya se están debatiendo en foros regionales.

Por ejemplo, en Brasil, iniciativas como la “Lei do Resíduo Sólido” ya sientan bases para una gestión más responsable.

El Camino a Seguir

Para que la promesa circular se haga realidad, necesitamos una visión holística y colaborativa. Esto implica:

  • Inversión en Infraestructura: Desarrollar centros de clasificación y reciclaje adaptados a las necesidades locales.
  • Políticas Públicas Claras: Impulsar marcos regulatorios que incentiven el diseño sostenible, la recuperación de materiales y la REP (Responsabilidad Extendida del productor).
  • Innovación y Tecnología: Apoyar la investigación y el desarrollo de nuevas fibras, procesos de reciclaje y herramientas de trazabilidad.
  • Educación y Consumo Consciente: Capacitar a la industria y empoderar a los consumidores para que tomen decisiones más sostenibles.

La circularidad textil no es solo una tendencia; es el futuro de la moda. En Argentina, Chile, Uruguay, Brasil y toda América Latina, tenemos la capacidad, la creatividad y la voluntad para liderar esta transformación, construyendo una industria más justa, resiliente y armoniosa con nuestro planeta. El camino es largo, pero cada paso que damos hacia la circularidad es una inversión en nuestro futuro colectivo.